Los Indianos, fiesta palmera por excelencia

Al carnaval palmero me voy, donde mejor se puede gozar El tornaviaje que se daba entre América Latina y las Islas Canarias desde el siglo XVI dio lugar a muchas herencias, intercambio, y la creación de hermosas tradiciones que unen a ambas culturas. Desde compartir vocablos como guagua, cotufas, o habichuelas, que curiosamente las Canarias no comparten con el resto de España, hasta la música y el ritmo que llevamos en la sangre y desprendemos como fuego saliente desde nuestras saladas entrañas. Y la isla de La Palma, es también prueba de ello. Es en uno de estos ires y venires, que los veleros se asomaron a la Isla Bonita, y desde su Santa Cruz se avistó el retorno de los isleños desde tierras cubanas. Haciendo alarde y ostentación de sus riquezas obtenidas en tierras lejanas, desembarcaban ellas con sus blancas vestiduras con encaje y cargadas de joyas, y ellos con sus sombreros panameños y ropaje de lino. Maletas, baúles, puros, y complementos, que mostraban su buena fortuna traída desde la hermana Cuba. Los palmeros que los avistaban de a lo lejos, corrían hasta el muelle de Santa Cruz a recibirlos, paralizando la ciudad debido a su espíritu curioso. Esto creaba un alboroto que agitaba la ciudad y se creaba un gran bullicio callejero, con la consiguiente celebración de bienvenida al retornado. Los fuegos, presentes en aquél entonces en cada fiesta, se formaban por la ciudad, y el bullicio se convertía en jaleo, acompañando a los palmeros de nuevos ritmos caribeños: la habanera, el son y la guaracha, la guajira; mientras se juntaban, locales y recién llegados, con sus puros, ron de caña, su miel y sus buñuelos. Al pasar los años, y ya en los 1920, los amigos que se agrupaban como sociedad humorística La Poteca, inician su desfile de Indianos, para conmemorar estos momentos históricos ocurridos con la llegada de los compatriotas desde territorio lejano. Con juerga y pasacalles, se les conoce como «gente de buen humor, discreta y ocurrente, y dispuesta para todo; sobretodo para comer y beber sin ningunos miramientos». Años más tarde, y ya en los sesenta, el desfile se convierte en fiesta, y se integra en el programa del Carnaval palmero, institucionalizándose su celebración en la tarde del conocido lunes de carnaval. Hoy en día, jóvenes canarios de todas las islas se acercan a Los Indianos en el lunes de Carnaval, y es la fiesta más reconocida, apreciada y deseada por muchos. Vistiéndose de blanco, imitando a los canarios que volvían desde Cuba, los canarios se desplazan por tierra, mar y aire para celebrar la migración hispanoamericana que ha sabido convivir durante todos estos años, con cariño, vacilón y buen humor. Les dejo con unas imágenes de este Carnaval para todos los públicos: Desde que llegas a Santa Cruz, el ambiente en la calle irradia felicidad, comunidad y diversión sana Los Indianos son un evento para todas las edades, con fiestas en la calle aptas para todos los públicos. Desde los más pequeños a los mayores, todos participan en esta celebración en blanco 🙂 Hay camiones desde donde se reparten polvos de talco para que todo el mundo pueda tener La plaza de España se convierte durante las fiestas en la Plaza de La Habana Con La Negra Tomasa Con «La Negra Tomasa», personaje emblemático y más destacado de la parodia carnavalera de Los Indianos, encarnada por Víctor Lorenzo Díaz, palmero «de pura cepa» La persona, el personaje Víctor Lorenzo Díaz, recibiendo la insignia de Oro de Santa Cruz de La Palma Las calles se tiñen de blanco. Los palmeros y visitantes amigos pasean de buen rollo, compartiendo momentos, socializándose, celebrando la unión de los pueblos Amigas en Los Indianos Para ir a Los Indianos por aire: Binter y Canaryfly, con vuelos entre islas. Para ir por mar: Naviera Armas y Fred Olsen, con barcos entre islas. No olvides: respeta la fiesta y su tradición, vístete de blanco, lleva tu sombrero, y no te olvides de jugar y disfrutar, tirando y recibiendo los polvos de talco.

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