Viajar como medicina
Viajar como medicina, como cura de un corazón roto, o una mente que se siente estancada… es una bendita terapia. Así te sientas bloqueado, estresado, ansioso, miserable, nostálgico o incluso desesperanzado, viajar te sentará mejor que pegarte un atracón sin fin o que te dé por no comer. Todos hemos estado ahí – por un desamor, una crisis existencial, o indecisiones. Yo soy de las que defienden que si tienes ganas de llorar, llores, te encierres y lo eches como te salga, porque es necesario desahogarse. Con un desamor has perdido un pedazo de ti, y está bien que abraces tus sentimientos y te sientas triste… pero no para siempre. Llega un momento en el que hay que seguir adelante, pues la vida no acaba. Ahí es cuando el viajar puede ser tu medicina, y quizás tu mejor terapia. Desconecta y te distrae Probablemente has entrado en una rutina – siempre con la misma persona, un trabajo repetitivo que no te motiva, peleas, metas que no has alcanzado – y llegas a no ver casi literalmente más allá de la nariz. Cuando exploras un sitio nuevo, y te lanzas a la aventura, debes necesariamente enfocarte en otras cosas… las rutas, el plan, los lugares a visitar, nuevos idiomas, normas, costumbres y gentes. El viaje te saca de tu zona de comfort y de tus alrededores con los que estás familiarizado. https://www.instagram.com/p/BY5pqj8jhc2/?taken-by=travelografa Aclara tu mente Viajar aclara tu mente. Cuando desconectas y sales de tu vida repetitiva, te reencuentras contigo misma y comienzas a volver a verlo todo desde una perspectiva diferente: tu perspectiva. Sin tanta presión social, televisión, medios, modas, tendencias u opiniones (quizás sobre tu vida) de todos los que te rodean. Vuelves a forzarte a tomar tus propias decisiones, y terminas viéndolo todo mucho más claro. Restaura tu confianza y tu fuerza Por eso mismo te restaura. Debes ser tú, contigo, tomando tus propias decisiones, valorando los pros y contras… sola. Te armas de valor y sales hacia adelante… y te das cuenta de que puedes, de que tienes muchísimo más valor del que recordabas tener. Cuando logras conducir al otro lado de la carretera, cuando encuentras esa calle sin perderte, cuando sales exitosa de una conversación en un idioma totalmente nuevo; cuando sufres y debes salir adelante, y cuando festejas llegar a la cima. Cada paso, cada pequeño reto superado se vuelve aún más grande. Te sientes más fuerte y poderosa. Reconectas contigo misma Esa sensación de sentirte más fuerte, de luchar sola, de salir adelante contigo y sólo contigo, te lleva a renovarte, a sentirte mejor, reconectando, restaurando, re-apreciando quien eres, cómo eres y lo que tienes. Es simplemente maravilloso. Recuerdas también lo que te gusta, lo que te apasiona, y decides mimarte y cuidarte. Te lo mereces. Aprendes nuevas habilidades Tu independencia te ayuda a crecer. https://www.instagram.com/p/BYrL3QbD-i7/?taken-by=travelografa Cuando estás sola, viajando y explorando, eso te ayuda a volverte auto-dependiente. A centrarte en ti, de una buena manera (y también a poderte centrar en ayudar a otros si lo deseas). Recuerdas lo que te inspira, y luchas, te formas, para re-encaminarte y crecer. Para alcanzar tus sueños, para ser una persona aún más luchadora y estar más cerca de tus objetivos. Y los que aún no tengas, los marcarás como nuevos. ¿Quieres mejorar tu fotografía? El mundo está lleno de maravillosos paisajes y gentes. ¿Quieres aprender idiomas? Escoge un país de esos que tienes en tu lista, o elige al azar uno totalmente diferente a los que has visitado antes. ¿Alguna disciplina deportiva que no hayas probado? Busca hacer algún curso en un destino nuevo. Haz voluntariado… o miles de otras opciones. El límite lo pones tú, y sólo tú. En vez de hundirte en la pena del cambio o en pensamientos incluso obsesivos de lo que podría haber sido, te vistes, te pones la mochila a los hombros y te echas a caminar. Conoces gente nueva El riesgo de encontrarte con quien / o lo que te causa esa «enfermedad» para la que aplicas esta medicina se ve reducido casi a cero (¡mucha mala suerte habría que tener para toparse con el jefe, el ex o eso que te brinda dolores de cabeza!). La distancia te regala un espacio en el que comenzar a recuperar el enfoque. Es maravilloso estar en un lugar donde nadie conoce tu nombre ni nada de ti, y puedes permitirte ser tú misma y experimentar sin juicios, dándote un respiro a las presiones, y salir de tu cabecita por un ratito. Y ahí conocerás a gente preciosa que te aportará muchísimo, que abrirá tu mente y te dará una visión diferente… tanto si estás de acuerdo con su manera de ver la vida, como si no. 😉 Ten en cuenta que también viajando es muy probable que conozcas a gente que piensa como tú, y que ve la vida como la ves tú. ¡Permítete ser libre! Recuperas el balance Cuando entras en una rutina repetitiva, en cualquiera de las situaciones de las descritas al comienzo de este artículo, es triste pero cierto – muchas veces te olvidas de ti mismo y tu propia persona. Cuando viajas, y en solitario aún más, estás forzado a confiar completamente en ti mismo. Usa este nuevo viaje para reafirmar tu auto-dependencia, recuperar autoestima y confianza en ti. Cuídate y confía en tu intuición e instintos para disfrutar y evitar problemas. Esta aventura te pertenece. https://www.instagram.com/p/BLR9MsEhv8m/?taken-by=travelografa Vives en el presente: Aquí y Ahora Una de las grandes enseñanzas del viaje es vivir en el aquí y el ahora. Nunca sabes si alguna vez regresarás a ese maravilloso paraje, si volverás a tener la oportunidad de subir la cima de ese país, bucear entre tiburones, o pasar un rato al pie de una hoguera en esa isla pacífica. No todo se trata de exprimir lo máximo en el mínimo tiempo, sino de respirar profundo y llenarte de aquello que vives, apreciando cada segundo, despojándote de tus lujos y abrazando las nuevas oportunidades. Relájate, aprecia también las incomodidades, valora, escucha, y
Kayak en Los Gigantes, Tenerife
Como ya les contaba en la entrada de 9 actividades imprescindibles en Tenerife, hacer kayak en Tenerife es una de nuestras experiencias top. Nosotros nos hemos decidido por ir a Los Gigantes, uno de los 9 lugares imperdibles en la isla, y deslizarnos por sus aguas, paralelos a los acantilados, y guiados por Teno Activo, una empresa tinerfeña líder en actividades en kayak. ¿Sabías que Los Acantilados de los Gigantes se encuentras a 12 km del Macizo de Teno? ¿Y que Los Gigantes, junto con Anaga, fueron de lo primero que salió a la superficie de la isla? El guía que lideraba el grupo, nos contaba éste y muchos otros detalles interesantes… Hacer kayak en la costa es una magnífica actividad a realizar cuando la mar se quiere mostrar más calmada. Así, no se convierte en una actividad muy exigente, aunque a su vez uno se siga manteniendo activo. En la costa, y especialmente justo antes de la parada para tirarse al agua y darse un chapuzón, puede disfrutarse la orografía y de su perfil. En la imagen se pueden observar las galerías creadas (en los años cuarenta) para llevar agua entre los barrancos; y que hoy en día se han convertido en senderos. Se pueden apreciar también esas rayas verticales, que son diques que se solidificaron primero; roca dura que tarda más en erosionar que el resto de la pared. Justo antes de entrar al agua, se hace una parada en la Bahía del Eco, la única sin barranco y a la que no se debe acceder, ya que su pared se eleva sobre su suelo, y hay riesgos de desprendimiento. En la parada para refrescarse puede disfrutarse, no sólo de un refrigerio para reponer fuerzas, sino además de una sesión libre de snorkel, pudiendo descubrir el fondo de estas aguas cristalinas. Es una excursión para todas las edades. En todo momento nos acompañó un guía en kayak, que nos mantenía unidos en grupo en las aguas abiertas, y también un líder en barco, tanto para llevar el refrigerio, como para comprobar el estado de la costa antes de acercarnos, cerrar el grupo, o estar ahí en caso de emergencia durante la travesía. Es estupendo saber que el grupo está bien cuidado y en buenas manos. 😉 Sin duda, una excursión para ir y repetir, con unos guías, además, fabulosos. ¿Quieres contratar tu excursión por medio de travelOgrafa? Escríbeme por aquí 🙂 ¡Anímate!
9 consejos para las relaciones a distancia
9 consejos para las relaciones a distancia se ha escrito para ayudar a aquellos viajeros que se ven afectados por el virus del amor <3 Cupido juega sus cartas muchas veces sin tener en cuenta las variantes… así que, aquí estamos, exploradores del mundo unidos por nuestro amor, buscando claves para triunfar en la más bella y ardua tarea de nuestras vidas. Escribiendo y compartiendo desde la experiencia personal y la observación de otros que lo han conseguido. Los tiempos que corren están revolucionados, lo que antes unía a una pareja, quizás ya no existe o ahora separa, y es más difícil encontrar a parejas que permanecen unidas gracias a -y a pesar de- el paso de los años. Quince años de noviazgo, treinta años de matrimonio, a veces no son suficientes para que deseen luchar por estar juntos un tiempo más. ¿Cuál es entonces la clave para salir adelante? Sinceramente, aún no sé todas las respuestas, pero poquito a poco las voy descubriendo. Y si las relaciones «en presencia» son difíciles, añadir la complejidad de la distancia empuja a muchos a salir deprisa y con prisas, para evitar complicaciones, o la idea de tenerlas. Para aquellos que sí creen en las relaciones a distancia, aquí van unos truquitos para cuando quieren hacer que funcione. Eso sí, recuerda que no va a ser fácil, pero ¿qué relación lo es? 1. Comuníquense Recuerda que puedes sentirte solo. La comunicación es un factor super importante en las relaciones, no sólo para expresarse uno y escuchar al otro, sino para aprender a cómo comunicarse efectivamente mientras se deja que el otro también lo haga con libertad. Cuando estás en distancia, es super importante mantener al otro al día, utilizando diferentes tecnologías (a los no tan románticos que nos leen, recuerden que los románticos aún disfrutamos una buena carta escrita a mano 😉 ), usando Skype para verse, aparte de enviarse mensajes, WhatsApps o llamándose. Recuerda que tus palabras contarán el doble, igual que tu tono y expresión facial. Todo, lo bueno y lo malo, tendrá que ser expresado con palabras… al menos hasta que aprendan a «leerse» mejor. Y recuerda: ¡nadie tiene aún la habilidad de leer la mente! Así que si quieres que sepan algo, simplemente dilo. 2. A salvo y seguro Construir un espacio donde uno se sienta a salvo y seguro es crucial para poderse abrir a alguien y compartir las emociones. Amor, miedo, fuerza, inseguridad, confianza, celos, alegría, apatía… no lo ocultes. Una de las maravillas y misterios de abrirse a alguien, especialmente a la persona con quien se valora compartir tu vida, es la vulnerabilidad. Magnífica característica que puede convertirse en una peligrosa espada de doble filo. Así que, sé abierto (poco a poco), y muestra mucho amor, paciencia y comprensión con aquél que se abre contigo. 3. El factor sorpresa Los detalles pequeños se vuelven extra-dulces. ¡Nunca des nada por sentado! Al igual que siempre me ha encantado un lindo buenos días y un tierno buenas noches, la comunicación debería ser también divertida, creativa, profunda, trivial, o incluso picarona 😉 Mantén a tu compañero al día de las cosas que están sucediendo en tu vida, desde las cruciales hasta las más tontas. Mándense fotos, vídeos, pequeños clips o mensajes sorpresa, incluso por correo ordinario. Hagan el esfuerzo para que valga la pena. Hará que el otro se sienta amado, apreciado, atendido y presente, que se cuenta con él. También, dejarles o enviarles algo tuyo (como ese collar o esa camiseta que luego se pone cada vez que te extraña) es otro gesto romántico que les hará mantenerse unidos, mostrar al otro valor y darles importancia. 4. Comprométete Hay gente que tiene hasta miedo a esta palabra… ¡pero no es tan peligrosa! De hecho, nos comprometemos cada día, queramos o no, con unas cosas u otras. Priorizamos y elegimos constantemente a qué le vamos a dar más importancia, con qué nos vamos a involucrar más, qué es más primordial o importante para nosotros. Siempre deberías conocer bien los términos de la relación en que estás, en qué punto está cada uno. La igualdad es importante, y es crucial ser honesto y saber qué se puede esperar de uno mismo o del otro; qué se está dispuesto a dar o recibir… y estos «términos» están en cambio constante, según se avance (en una dirección u otra) en la relación. Sé consciente de tu nivel de compromiso. Especialmente además, cuando hay diferencia horaria, puede ser más duro aún mantenerse en contacto. Ambos tienen responsabilidades, ya sea trabajo, estudios, familia, amigos, uno mismo y sus intereses… Pero es posible. 😉 5. Vive el presente Cierto, necesitan comunicarse, prestarse atención, estar en Skype durante minutos y horas… pero también necesitan vivir en el momento y el lugar donde se encuentran, disfrutarlo y aprovechar lo que pasa mientras están ahí. Básicamente hay que recordar que: no es sano pasar cada minuto de cada hora de cada día frente a la pantalla de tu ordenador. Ni hacer que tu amado o amada lo haga tampoco. Invierte en ti mismo. Disfruta tu tiempo solo y tu propio espacio (¡lo echarás de menos muchas veces cuando ya no estés solo!). Disfruta tu tiempo y lugar, y a -y con- la gente que te rodea. 6. Evita la zona de peligro Este punto depende, claro está, del tipo de relación que tienes con tu persona amada, pero… Si sabes o piensas que algo que hagas puede afectar a tu pareja (sí, ¡escucha a esa vocecita que se te sube al hombro!), evítalo o al menos díselo de antemano. Eso no significa que estés atado o que tengas que pedir permiso; significa que te importa tanto tu pareja y sus sentimientos, que quieres que se sienta seguro contigo, y quieres mostrarle que te importa tanto que quieres que se sienta así, a salvo y seguro – contigo. La otra mitad debería apreciar el gesto, evitar reaccionar mal impulsivamente, y hablar las cosas para que puedan ser entendidas, dando un voto